ETAPA 24: SEBRAYO - DEVA

La etapa de hoy suele ser un día de despedidas. El camino del norte se bifurca, y a media altura de esta etapa uno debe escoger si quiere escoger el camino primitivo, que te lleva a Oviedo y que va por el interior, o si quieres seguir viendo la costa, llegando, por Avilés, hasta Ribadeo. David, de Belgica, había escogido el camino primitimo,  mientras que Eva y yo habíamos escogido la segunda ruta.

El albergue de Sebrayo, de madrugada. Se huele ya la cercanía a Galicia, porque  es del mismo estilo que los de la Xunta. 

Compañeros peregrinos jóvenes y madrileños. 

Salimos con la mañana encapotada. Por primera vez he salido acompañado de gente, y me uní a David y a Eva, preveyendo quizás el momento de la despedida. 

Nos hemos ido moviendo, entre bosques, con bastante humedad, y entre caminos y matorrales hemos ido llegando hasta Villaviciosa, ciudad con más abolengo del que recordaba. Allí hemos hecho nuestro último café juntos. Los recuerdos de una Villaviciosa recordada y cariñosa se han diluido frente a ese último café juntos que merecía todo el cariño posible.

Pasando frente a los monumentos de Villaviciosa.

Ya con el día más claro hemos acabado llegando a la bifurcación, coincidiendo con Silvina y su hijo, dos argentino-catalanes que ya conocimos y aparecieron en la etapa anterior. Allí nos hicimos las fotos de recuerdo pertinentes, y David ha seguido su camino hacia Oviedo. 

Despedida con David. Cruce entre el camino de la costa, y el acceso al primitivo.

A nosotros nos quedaba una dura cuesta. Dura y larga. Quizás una de las más duras del camino. El alto de la Cruz. . Toda cuesta siempre acaba reconfortando por el placer de sus vistas. Ésta no podía ser menos. 

Vistas desde el alto de la Cruz.

En la bajada nos hemos encontrado con la parejita asturiana que hacen el camino a su manera. Estos nos  han acompañado casi hasta la el camping. donde nos hemos situado. También queda para el recuerdo el momento en que un abuelete, en coche, ha frenado a nuestro lado, y nos ha regalado unos caramelitos, comportándose como buen samaritano. Detalle de cariño. 

Llegada al Caming de Deba.

El camping es una buena opción para descansar. Barato, derecho a piscina, aunque tiene dos inconvenientes: estás fuera de Gijón, y no lo puedes visitar, y la etapa siguiente hasta Avilés se te hace eterna, terriblemente larga. 

Inscribiéndose en el camping. 

Masajes necesarios.

Bungalow reservado para peregrinos. 

Masajes, cena frugal y barata,  y sueño temprano. La siguiente etapa se prometía muy larga, y aunque Eva y Silvina iban a hacerla en bus, yo me había decidido a hacerla caminando, por muy mala y fea que fuera. Sin duda no sabía lo que me esperaba.